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El sufijo aparece en sustantivos y adjetivos que proceden en su mayoría del árabe. Hay algunos que son apócope de voces en -ino, -ín, -il; se ha formado otros a semejanza de los árabes y los hay también tomados de las lenguas americanas y de algunas europeas.

De adjetivos denominativos árabes proceden los substantivos borní, cequí, neblí, etc., y los adjetivos muladí, turquí. Del turco es osmanlí.

La terminación árabe es actualmente babstante productiva en gentilicios y otros adjetivos árabes, como suní, saudí, chií, yazidí, iraquí. En algunas de estas voces -i alterna con la terminación -ita (sunita, saudita, chiita).

Aparece en algunos gentilicios españoles, sobre todo por influencia del árabe o del catalán: granadí (poco usado), marbellí, ceutí, andalusí, manacorí (DEA).

Apócopes de voces en -ino, -ín, -il son alfonsí de alfonsino, rubí de rubín, saetí de saetín, y también los italianismos ormesí de ormesino, sotaní de sottanino. Por el contrario, a voces de origen árabe en í se les añadió una n por analogía con las castellanas en -ín, y así se dijo antiguamente bocacín, carmesín y marroquín, aunque son formas perdidas. Lo mismo debe cabe decir de romí y romín.

Formadas en castellano tenemos muy pocas voces, entre las cuales podemos citar: excusalí, serení y zarandolí, de origen desconocido; bombasí, del bajo latín bombax; mordihuí, de origen oscuro; sagatí, de sarga; zaragocí, de Zaragoza. También del latino phrenésis decimos frenesí. Befabemí es compuesto. Vendí es forma del verbo vender.

De lenguas americanas tenemos guachapelí, guaraní, jabí, jachalí, manatí, paují, tejamaní, teucali, tecali, tití y alguna otra. Maní es voz del Congo.

De lenguas europeas proceden: borceguí, flamenco brosekin; maniquí, neerlandés mannekin.

Referencias[editar]

  • J. Alemany Bolufer, Tratado de la formación de palabras en la lengua castellana, Madrid, Victoriano Suárez, 1920