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Un clítico es un partícula o palabra átona, es decir, que se pronuncia en la oración con menos intensidad que otras palabras. Un enclítico es un clítico sigue a la palabra a la que complementa, mientras que un proclítico va antes de ella.

La tilde diacrítica se basa en la pronunciación tónica o átona de las palabras.

1 Enclíticos[editar]

Las voces enclíticas me, te, se; nos, os; le, lo, la; les, los, las, se deben pronunciar sin ningún acento, y como formando parte de la palabra a que se unen.

vente, dícese, tráenos, dígaselo

2 Proclíticos[editar]

Las voces proclíticas se han de pronunciar sin ningún acento, como si formaran parte de la palabra siguiente. Son palabras proclíticas:

  • El artículo determinativo el, la, lo, etc., en todas sus formas:
El hombre, lo bueno, las casas.
  • Los sustantivos siguientes: fray, sor, don, doña:
fray Pedro, sor Ana, don Fulano, doña Juana

Entiéndese don, cuando es título de tratamiento y y no cuando significa otras cosas: don de lágrimas.

  • Los adjetivos san o santo (solo cuando preceden a la persona, como título); los adjetivos posesivos mi, tu, su; nuestro... en todas sus formas, siempre que precedan al sustantivo; las decenas delante de unidades; y las unidades, decenas y centenas delante de mil:
san Antonio, santa Clara
mi libro, vuestras Casas
treinta y cuatro; cuarenta y seis mil; trescientos mil

Pero las centenas de millar tienen acento, cuando siguen decenas o unidades también de millar:

Trescientos cuarenta y nueve mil
  • Los personales me, te, se; nos, os; le, lo, la; les, los, las; que también vimos podían ser enclíticos:
te digo, me vengo, os darán, los vieron
  • Los relativos que, quien, cuyo (-a,-os,-as), cuando no sean interrogativos, admirativos ó indefinidos:
El hombre que vino ayer
quien quiera que sea, y cuyas obras conocemos.
  • Cuanto equivalente a todo, y correlativo de tanto; pero no cuando sea interrogativo, admirativo o indefinido. Cual (solo cuando sea correlativo de tal o adverbio de modo):
Hagamos cuanto bien podamos
Cual sea la vida así será nuestra muerte.
  • Los adverbios tan, cuan, aun (equivaliendo a basta), do y donde, mientras, medio (equivaliendo a casi), mas (solo cuando en las sumas sustituye a y, menos (significando exclusión), cuando, como (de modo, comparación y tiempo). A no ser que alguno de ellos sea interrogativo, admirativo e indefinido:
Tan grande
cuan largo era
aun los niños
donde quieras
mientras vienes
medio muerto
dos más uno
menos él
cuando tengo
como sabes
  • Todas las conjunciones simples, menos siquiera, antes (adversativa), y pues (continuativa), y las compuestas de preposición y conjunción simples (de una palabra); o bien de preposición simple y otra palabra atónica de por sí. Se exceptúa siempre cuando la conjunción sea interrogativa:
pues bien, porque vino, si tenemos, etc.
para que digamos, en cuanto sepa, etc.
  • Todas las preposiciones simples (menos según). Es también átona la preposición junto a, así como las compuestas de dos preposiciones simples:
con él, de Madrid, hasta aquí, de con su padre, para con Dios
  • Todas las palabras que forman el vocativo se suelen pronunciar con un solo acento, si no precede interjección:
No me dejes
madre mía
ven acá
cabeza de chorlito

3 Otras palabras átonas[editar]

Los nombres de población o de persona compuestos de dos palabras tienen atónica la primera, a no ser que se interponga preposición o artículo entre las dos:

Ciudad Real, Puerto Rico, Río Tinto

Pero no:

Alcalá la Real, Puerto de Santa María, Pinar del Río

En los de persona, la atonicidad de un nombre puede identificar qué es nombre y qué es apellido. Por ejemplo, en Luis Ramón García, si Ramón es nombre entonces Luis es átona (se diría /luisrramón/ de corrido), pero si es apellido entonces Luis es tónica.

4 Referencias[editar]

Enrique Torres y Gómez, Gramática histórico-comparada de la lengua castellana, Madrid, 1899.