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El sujeto y el predicado vienen indicados muchas veces por vocablos que no siempre expresan un concepto cabal, o que expresándolo no denotan por sí mismos la idea compleja que de ellos tiene el que habla, ni tampoco las cualidades del uno y circunstancias del otro. De ahí la necesidad de otros vocablos que vengan a precisar la expresión del sujeto y la del predicado.
Estos vocablos se llaman complementos, y pueden referirse ya al sujeto solo, ya al predicado solo, ya a los dos a la vez, constituyendo en el primer caso lo que llamaremos complementos del sujeto; en el segundo, complementos del predicado verbal, y en el tercero, complemento predicativo.
Si decimos Fernando conquistó, tenemos una oración completa, con sus dos elementos esenciales y sin ningún complemento; mas si decimos Fernando el Santo conquistó Sevilla, tenemos un complemento del sujeto en la locución el Santo, y otro del predicado en Sevilla; pero en las oraciones Juan anda descalzo; venía muy fatigado, los adjetivos descalzo y fatigado se refieren no sólo al sujeto de su respectiva oración, sino también al verbo; son adjetivos que, a la vez que ejercen el oficio de tales, desempeñan la función de adverbio, calificando al verbo de su oración.
Referencias[editar]
Real Academia Española, Gramática de la lengua castellana, nueva edición, reformada, Madrid, 1917.