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Siempre que un nombre se una a otro con la preposición de, significando relación de propiedad, posesión o pertenencia, o también la materia de que está hecha una cosa, como en casa de madera, anillo de oro, diremos que el nombre que lleva antepuesta dicha preposición está en genitivo, distinguiendo el genitivo de propiedad y el genitivo de materia.

La locución vino de Jerez puede tener dos significaciones: o bien se indica con ella que el sujeto de quien hablamos llegó de la ciudad denominada Jerez, o que tratamos del líquido espiritoso que se cría o elabora en la dicha ciudad. En el primer caso indicamos la procedencia, el punto de partida de la acción del verbo venir, y en el segundo, el punto de que es propio el vino, mejor que la procedencia, pues no será de Jerez, aunque de allí proceda, si no ha sido criado en los viñedos de la mencionada ciudad o elaborado en ella. En esta última acepción podemos substituir la locución de Jerez, o sea la preposición y el nombre, por un adjetivo, y decir vino jerezano, y en la primera no. Lo mismo podemos hacer en las locuciones casa del padre y naranjas de Valencia, equivalentes a casa paterna y naranjas valencianas.

1 Tipos de genitivo[editar]

Según varían las relaciones que expresa el genitivo, varían sus denominaciones. Los principales genitivos son los siguientes:

El genitivo posesivo, que expresa propiedad o pertenencia: las fábulas de Pedro para las fábulas que Pedro tiene en propiedad (es su dueño).

El genitivo causal, que denota causa: las calamidades de la guerra, las ansias de la muerte. También las fábulas de Pedro para las fábulas que Pedro ha escrito (es su autor).

El genitivo subjetivo, que denota cuál es el sujeto de la acción expresada por el nombre determinante: el odio del pueblo, esto es, el odio que el pueblo tiene, pues el pueblo odia.

El genitivo objetivo, que expresa cuál es el objeto de la acción significada por el nombre determinante: el temor del castigo, esto es, el temor que se tiene al castigo, pues alguna persona teme el castigo. Así el genitivo subjetivo y el objetivo son algunas veces anfibológicos o ambiguos: el temor del pueblo, por ejemplo, puede significar el temor que el pueblo infunde o el temor que el pueblo siente. En el primer caso se resuelve la anfibología si se dice el temor al pueblo.

El genitivo de aposición que corresponde nombres que por aposición deberían hallarse en el mismo caso que el sustantivo determinante. Es genitivo de aposición el nombre específico de lugar respecto del genérico:

las montañas de los Pirineos
la ciudad de Puebla

También lo es el de los meses, respecto del genérico mes (mes de enero); el número cardinal respecto del sustantivo común año (año de 1890); el que sirve para determinar una especie contenida dentro del género expresado por el nombre que rige al genitivo (la pasión de los celos).

2 Referencias[editar]

Real Academia Española, Gramática de la lengua castellana, nueva edición, reformada, Madrid, 1917.