Véase también
Género no marcado » Uso del masculino para ambos sexos
Profesiones en género femenino » El género femenino en profesiones, cargos o actividades
Arroba » El signo «@» en el lenguaje no sexista
Se incurre en lenguaje sexista cuando se emiten mensajes que, por su forma —es decir, las palabras escogidas o el modo de estructurarlas— resultan discriminatorios por razón de sexo. Lo opuesto es el lenguaje no sexista o lenguaje inclusivo (aunque el concepto de lenguaje inclusivo es más amplio y abarca aspectos étnicos, culturales, etc.).
Es motivo de debate si la lengua española es sexista de por sí, aunque sí hay acuerdo general en que su uso sí puede serlo. Para evitarlo, existen una serie de recursos lingüísticos, algunos aceptados normativamente pero otros no, que permiten un uso no sexista del lenguaje.
Los manuales de estilo de lenguaje no sexista buscan ofrecer estrategias con el fin de visibilizar a las mujeres. Estos manuales no solo abordan los aspectos meramente lingüísticos, sino también de concepto, como la asignación de roles o comportamientos. Es el caso de los siguientes ejemplos:
- Asesinan a dos mujeres que viajaban solas.
- Italia decide si elige a Mattarella, a Draghi o a una mujer.
Uno de los problemas que aparecen en la aplicación de los criterios estilísticos de la lengua no sexista es que puede ir en contra del llamado lenguaje claro, por lo que podría haber personas a las que la información no les llegue adecuadamente, pues a veces la alternativa pasa por reemplazar un nombre por un circunloquio que es realmente una descripción: las personas que de oficio cuidan y cultivan jardines en lugar de los jardineros.
Por otra parte, mientras que ciertos manuales de estilo no sexistas están preparados por especialistas en lingüística y gramática, otros presentan claros errores de concepto, al igual que ocurre en los manuales de otros ámbitos.
En cualquier caso, el lenguaje no sexista no se reduce al mero desdoblamiento (del tipo los niños y las niñas), sino que se basa en diversas estrategias para evitar el sexismo.
Índice
1 Profesiones[editar]
Tradicionalmente existen una serie de profesiones históricamente asociadas a la mujer, insertas en la esfera conceptual de la subordinación o la maternidad: secretaria, enfermera, maestra, etc., y otras, las de más prestigio, generalmente desempeñadas por hombres: abogado, ingeniero, etc. Se incurre en lenguaje sexista cuando se habla de los directivos y las secretarias, los médicos y las enfermeras, los pilotos y las azafatas...
Lo mismo cabe decir de otros roles asignados socialmente a la mujer, aunque no sean profesiones. Es sexista la siguiente frase:
- Al congreso pueden acudir los directivos con sus esposas.
Esto ha provocado una cierta resistencia al femenino sin base lingüística. Tal como explica la NGLE (2.6l), el rechazo a ciertas formas femeninas puede tener más bien razones sociales, como la preferencia de los hablantes de ciertas profesiones, áreas lingüísticas... En español, la mayoría de las profesiones pueden y deben usarse en femenino, según el paradigma mayoritario (NGLE, 2.6f), ya tengan flexión de género (el médico/la médica, el abogado/la abogada), ya sean comunes en cuanto al género (el periodista/la periodista).
Deben tenerse en cuenta algunas normas para la construcción de profesiones en femenino, ya que existen algunas formas que han sufrido un desplazamiento en su significado y otras que, por sus características morfológicas, son válidas para ambos sexos. También hay cierto número de casos donde hay dos femeninos: la juez/la jueza, la fiscal/la fiscala. Los manuales de estilo no sexista suelen abogar por la variante que ha sido flexionada con -a.
También se suele considerar que la expresión del género con la terminación puede ser suficiente, sin necesidad de añadir la palabra mujer. Es preferible las empresarias a las mujeres empresarias.
En ciertos casos puede haber alternativas con voces sinónimas. Por ejemplo, para visibilizar a una portavoz (en España) con el femenino podría optarse por vocera, de amplio uso en América.
2 Referirse a ambos sexos[editar]
2.1 Los genéricos[editar]
Por razones de economía lingüística el español considera el masculino como género no marcado, es decir, sirve para abarcar ambos sexos, por lo que cuando decimos:
- Todos los hombres son mortales.
- Los derechos del niño deben ser protegidos.
no estamos presuponiendo la inmortalidad de la mujer, ni se excluye a las niñas de dicha protección, sino haciendo un uso no restrictivo de hombres y niño que incluye a personas de ambos sexos.
Esta característica, aunque correcta, plantea algunos problemas:
- Invisibiliza a las mujeres.
- Genera ambigüedad en algunos enunciados, que debe ser resuelta por el contexto.
2.2 Duplicaciones[editar]
Para evitar la ambigüedad o por otras razones, se practica desde antiguo la mención explícita de una palabra en sus dos géneros. Por ejemplo, en el Fuero Juzgo (h. 1250):
- Los mis hermanos & las mis hermanas, de padre o de madre, los tíos o las tías de partes del padre o de la madre, o el sobrino o la sobrina de parte del tío o de la tía, non pueden seer testimonias por mí contra los estranos...
No obstante, es un recurso que, fuera de algunos casos concretos y asentado (señoras y señores, niños y niñas...), puede oscurecer el mensaje más que aclararlo, pues conduce a textos farragosos.
Aunque la NGLE desaconseja en general la duplicación, no la considera de por sí incorrecta e incluso señala que en ciertos casos puede ser necesaria. Así (31.4i), especifica que en lugar de ×los y las turistas que nos visitan debería decirse los turistas y las turistas que nos visitan, pues los artículos no se pueden coordinar.
Según el DPD, los adjetivos antepuestos a nombres coordinados concuerdan por lo general con el elemento más próximo. Por tanto, son válidas estimados amigos y amigas y estimadas amigas y amigos. De duplicarse el adjetivo, cada uno va con el correspondiente nombre:
estimados amigos y estimadas amigas
estimados y estimadas amigos y amigas
2.3 Tratamientos[editar]
El tratamiento de señor se aplica a todos los varones, pero sigue siendo habitual (cada vez menos) llamar señorita a la mujer soltera y señora a la mujer casada. Esta asimetría se considera sexista y por ello se recomienda a menudo emplear solo señora.
En español, al contrario que en inglés o en francés, existe una marcada tendencia a omitir los tratamientos ante nombres y se usa sistemáticamente algo como Sánchez, sin más, allí donde en inglés se diría Mr./Ms. Smith. De hecho, en las traducciones de esas lenguas lo más habitual (en función también del caso y del contexto) es suprimirlo por completo. Eso reduce considerablemente la necesidad de crear fórmulas neutras (como Mx. en inglés).
En algunos países dar la titulación es habitual. A este respecto, es preferible la abreviatura Lic. a Lcdo. o Lcda.
2.4 Abreviaciones[editar]
En la lengua escrita es frecuente emplear recursos gráficos u ortográficos para separar los dos géneros de modo conciso. Los dos recursos más habituales son la barra, admitida normativamente, y la arroba, no admitida:
- los/las tutores/as de los/las alumnos/as
- el/la tutor/a del/de la alumno/a [y no ×de el/la]
- l@s tutor@s de l@s alumn@s
Este recurso es más adecuado cuando el ahorro de espacio es primordial, pero puede resultar confuso y entorpecer la lectura, y por ello parece mejor evitarlo si el espacio no es problema. En ocasiones, si se acumulan muchas barras y en función del caso, puede ser mejor ir por grupos, en lugar de palabra por palabra:
- el tutor/la tutora del alumno/de la alumna
En la lectura oral, este tipo de abreviaciones suelen darse de modo completo, o bien, de modo informal, se leen tal como están escritas («los las tutores as de los las alumnos as»).
2.5 Otras estrategias[editar]
En lugar de usar alumnos y alumnas, alumnos/as, alumnos(as) o ×alumn@s —la forma con arroba se suele considerar incorrecta, ya que la arroba no es un signo lingüístico[1]—, es preferible usar alumnado (aunque es un colectivo, no el plural de alumnos y alumnas, por lo que no siempre es una sustitución válida) o estudiantes (que no presenta variación de género, aunque los determinantes que se le aplican pueden seguir teniéndola).
El siguiente cuadro da propuestas de diversos manuales de estilo no sexista con notas que incluyen problemas de aplicación:
Con género | Alternativa | Notas |
---|---|---|
los altos cargos con sus esposas | los altos cargos con sus cónyuges | |
los que sean licenciados | quienes tengan una licenciatura | Los que soliciten la ayuda... → Quienes soliciten la ayuda... |
los turistas | los turistas y las turistas, los y las turistas | La NGLE censura la coordinación de artículos y señala que debería ser los turistas y las turistas. Otra posibilidad, menos aconsejable, es los/las turistas. |
los abogados | quienes ejercen la abogacía | No siempre los abogados están ejerciendo en un momento dado. |
los profesores | el profesorado | Corresponde a los profesores determinar los criterios... → Corresponde al profesorado determinar los criterios.... El colectivo no siempre es aplicable, pues puede referirse a los miembros del grupo, no al grupo en sí. Pueden añadirse voces como miembro, representante: Expresaron su queja cuatro miembros del alumnado. |
los peruanos | los peruanos y las peruanas, el pueblo peruano | |
los ciudadanos chilenos | los ciudadanos y las ciudadanas de Chile, la ciudadanía chilena | Tanto los ciudadanos y las ciudadanas chilenos como los ciudadanos y las ciudadanas chilenos pueden sonar anómalos. |
todos tienen derecho a... | todas las personas tienen derecho a... | |
la Merkel y Trump | Merkel y Trump | |
Luisa y Sánchez | Luisa y Antonio, García y Sánchez, Luisa García y Antonio Sánchez | Es frecuente dar el apellido de los hombres y el nombre de las mujeres (como A la reunión faltaron Gómez y Lola). Se considera sexista y deberían usarse bien los nombres de pila (por ejemplo, Luisa y Antonio), bien los apellidos (por ejemplo, García y Sánchez), bien los dos (Luisa García y Antonio Sánchez). Tampoco es raro dar el nombre con el apellido en las mujeres, pero solo el apellido en los hombres, pero ahí también conviene unificar. |
los médicos y las enfermeras | el personal médico, el personal de salud | |
hombre de Estado | estadista | |
Los solicitantes deberán presentar... | Cada solicitante deberá presentar... |
3 género y sexo[editar]
Las palabras género y sexo no son sinónimos.
El género es:
- En sentido general: conjunto de seres u objetos con rasgos comunes. Sinónimo de clase o tipo.
- En gramática: Una propiedad gramatical que divide los sustantivos y algunos pronombres españoles en masculinos y femeninos.
- Una categoría sociocultural (no biológica) que implica desigualdades de todo tipo.
El sexo es una condición biológica de los seres vivos, incluyendo los seres humanos. El género gramatical de una palabra puede venir determinado por el sexo del referente.
Por lo tanto, según la norma, no es correcto decir, salvo si se entiende como categoría sociocultural:
En España es posible el matrimonio entre personas del mismo género
Pero sí lo es:
En España es posible el matrimonio entre personas del mismo sexo.
La Unión Europea está llevando a cabo políticas de igualdad de género.
Mesa es un sustantivo de género femenino.
La isla del tesoro pertenece al género de aventuras.
3.1 Violencia de género[editar]
Esta expresión se puso en boga a raíz de la aprobación en España de la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, que en la legislación anterior se denominaba violencia doméstica.
El nombre de los organismos especializados creados por esta ley se emplea el término violencia sobre la mujer. Son, por tanto, juzgados de violencia sobre la mujer, y no juzgados de violencia de género.
A pesar de lo extendido de su uso y a que no se considera incorrecto, para las expresiones discriminación de género y violencia de género la Real Academia Española recomendó otras alternativas como discriminación o violencia por razón de sexo, discriminación o violencia contra las mujeres, violencia doméstica o violencia de pareja. Algunas de estas denominaciones han sido rechazadas por diversos motivos (la violencia de género no es necesariamente doméstica ni de pareja).
4 Enlaces externos[editar]
- «Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer» (2012) Ignacio Bosque. PDF
- «La sociedad cambia, la Academia, no», de Mercedes Bengoechea, El País.
- «Un manual no sexista gramaticalmente correcto», de Antonia M.ª Medina Guerra, Diario Sur.
- Informe sobre el lenguaje no sexista en el Parlamento Europeo.
- Artículos académicos sobre lengua no sexista.
- Sexismo en el lenguaje: mitos y realidades, PDF
4.1 Manuales de estilo de lenguaje no sexista[editar]
- Manual de lenguaje administrativo no sexista. Editado por la Asociación de Estudios Históricos sobre la mujer (Universidad de Málaga) en colaboración con el Área de la Mujer (Ayuntamiento de Málaga). PDF
- Recomendaciones para un uso no sexista del lenguaje, Unesco.
- Guía para el uso no sexista del lenguaje en la Universitat Autònoma de Barcelona, PDF
- Guía sobre estrategias de comunicación incluyente, Gobierno de Navarra. PDF
- Guía para el uso del languaje inclusivo, Ministerio de la mujer y poblaciones vulnerables (Perú). PDF
- Guía de languaje no sexista, UNED.
- José Luis Aliaga Jiménez, Lenguaje inclusivo con perspectiva de género, Gobierno de Aragón. PDF
- Guía para una comunicación más inclusiva, Prodigioso Volcán.
5 Notas y referencias[editar]
Este artículo fue seleccionado como destacado el 16 de julio de 2018.