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La metáfora consiste en expresar una idea con el signo de otra con la que guarda analogía o semejanza, como cuando decimos:
- La flor de la juventud
- La cumbre del poder
- El alma de un neqocio
Este tropo encierra siempre una comparación tácita, y, como cualquiera de los seres de la naturaleza puede ser comparado con otros, todos indistintamente pueden ser objeto de la metáfora.
También pueden ser tomadas metafóricamente, si no a título de figura, a título de catacresis (es decir, que se usan por necesidad y pertenecen al fondo común del idioma), todas las partes de la oracion: hoja de papel, cuerpo del delito, pies de la mesa.
Debe distinguirse de la sinécdoque y la metonimia.
Muchos retóricos dividen la metáfora en cuatro clases.
Índice
1 De los animado por lo animado[editar]
Como cuando Homero dice de Aquiles que es un león, y cuando a un hombre cruel, sanguinario o astuto le damos los nombres de tigre, hiena o zorra.
2 De lo inanimado por lo inanimado[editar]
Por ejemplo:
- El cristal de las aguas
- las perlas del rocío
- la primavera de la vida
- los de coral
- la frente de marfil
- la nave del Estado
3 De lo inanimado por lo animado[editar]
Por ejemplo:
- Un buen ministro es la columna del Estado
- Las oleadas de la muchedumbre
- Fue el azote del humano linaje
- Es el escudo de la inocencia
4 De lo animado por lo inanimado[editar]
Por ejemplo:
- Tragole el mar
- Devorado por las llamas
- Es el gusano roedor de la conciencia
- Soltó la rienda a sus vicios
- El crimen fue su verdugo
5 Referencias[editar]
Coll y Vehí, José, Compendio de retórica y poética, 17.ª ed., Barcelona, Imprenta Barcelonesa, 1914.