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Una oración interrogativa es la oración con la que se hace una pregunta.
1 Tipos[editar]
Cuando decimos Pedro ha venido, afirmamos que el predicado ha venido conviene al sujeto Pedro; y si decimos Pedro no ha venido, afirmamos que dicho predicado no conviene al sujeto. Pero en la oración ¿ha venido Pedro?, ya no sucede lo mismo: ni afirmamos ni negamos; exponemos un juicio, pero ignoramos si el predicado ha venido conviene o no al sujeto.
En este caso tenemos la oración interrogativa directa, que no viene a ser más que la expresión de un estado mental intermedio entre la aseverativa afirmativa Pedro ha venido y la aseverativa negativa Pedro no ha venido.
Pero la duda del que habla, que en el ejemplo anterior recae sobre el predicado verbal, puede también recaer sobre el sujeto o sobre una de las cualidades de éste, sobre el predicado nominal o sobre el complemento directo, el indirecto o uno cualquiera de los complementos circunstanciales de la oración.
Así, al decir ¿quien ha venido?, suponemos que ha venido alguien, afirmamos el predicado ha venido y preguntamos por su sujeto. Asimismo, en ¿qué libro es ése? y en ¿qué gente ha venido?, preguntamos por la cualidad o condición del sujeto libro o del sujeto gente, como en ¿qué es Gramática? preguntamos por el predicado nominal del sujeto Gramática.
Por fin, en ¿a quién prefieres?, ¿a quién has dado el papel? y ¿con quién has venido?, preguntamos, respectivamente, por el complemento directo, el indirecto o el circunstancial de los verbos preferir, dar y venir.
Puede también ocurrir que se afirme la coincidencia del predicado con su sujeto, o de los complementos con su verbo, y se dude del lugar en que se verifique dicha coincidencia, como cuando se dice: ¿dónde hallaste a Dulcinea?; o del tiempo, como en ¿cuándo hallaste a Dulcinea?; o del modo, como en ¿cómo hallaste a Dulcinea?; o de la causa, como en ¿por qué has ido a ver a Dulcinea?; o del fin, como en ¿para qué has ido a ver a Dulcinea?
Y pueden, finalmente, hallarse unidas distintas interrogaciones con un mismo verbo, y distintas interrogativas siguiendo unas a otras, como en el siguiente pasaje de Cervantes, Quijote, I, 30
- ¿Dónde, cómo y cuándo hallaste a Dulcinea?; ¿qué hacía?; ¿qué le dijiste?; ¿qué te respondió?; ¿qué rostro hizo cuando leyó mi carta?; ¿quién te la trasladó?
Cuando la pregunta recae sobre el predicado verbal, indicamos la interrogación con el tono, sin necesidad de vocablo interrogativo ninguno; pero en los demás casos nos valemos para formularla del vocablo interrogativo correspondiente al concepto por el que preguntamos, o sea, de los pronombres (substantivos o adjetivos) o adverbios interrogativos, cuyo valor y correspondencia es la siguiente.
2 Verbo en la respuesta[editar]
Si el predicado es nominal, con el verbo ser, suele emplearse en la contestación el pronombre lo, que en tal caso reproduce al predicado de la respuesta
- ¿Eres amigo mío?
- —Lo soy.
- —¿Sois amigos nuestros?
- —Lo somos. [es decir, soy amigo tuyo, somos amigos vuestros.]
En los demás casos, cuando se contesta con el demostrativo o adjetivo correspondientes al interrogativo, debe sobrentenderse en la respuesta el verbo de la pregunta, si no se expresa, en el mismo tiempo, pero no siempre en la misma persona:
- —¿Dónde ha estado?
- —Aquí, o ha estado aquí
- —¿Dónde has estado?
- —Aquí, o he estado aquí.
- —¿Con qué ojos me miras?
- —Con buenos ojos, o te miro con buenos ojos.
3 Referencias[editar]
Real Academia Española, Gramática de la lengua castellana, nueva edición, reformada, Madrid, 1917.