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La ortotipografía en animales y plantas alude al conjunto de usos y convenciones sobre mayúsculas y minúsculas, espaciado, estilos de letras (cursiva, negrita, versalita...), que se aplican a los nombres de los seres vivos de estos dos reinos, ya sea los dados de modo general a especies, géneros, familias, órdenes, etc., como a los propios que se dan a animales domésticos concretos. Los nombres de animales mitológicos se tratan en Ortotipografía en religión.

1 Nombres propios de animales[editar]

Gato de pelo largo, un miembro de la extensa familia Felidae, los félidos o felinos. Las familias engloban a géneros y subgéneros: Felis silvestris catus es el de nuestros gatos domésticos. Los gatos suelen recibir un nombre propio: Misifú, Bella, Pelusa, Silvestre...

No ha habido un criterio uniforme para escribir los nombres que se dan a los animales de modo individual, como nombres propios. Así:

  • La Ortografía de las Academias recomienda la letra redonda en todos los casos:
el caballo Rocinante, el perro Sultán, el gato Mateo
  • En el extremo opuesto, Melús y Millá (1939) prescriben la cursiva en todos los casos:
el caballo Rocinante, el perro Sultán, el gato Mateo
  • Por su parte, Martínez de Sousa recomienda la redonda en nombres históricos y la cursiva en mascotas y animales domésticos:
el caballo Rocinante, el perro Sultán, el gato Mateo
  • Fernández Castillo (1959. p. 18) establece la redonda, «excepto cuando se aplique a un animal el nombre de una persona»:
el caballo Rocinante, el perro Sultán, el gato Mateo

2 Nomenclatura[editar]

Dos leones (nombre común en minúscula), uno macho y otro hembra, de nombre científico Panthera leo (en cursiva y la primera letra en mayúscula).

Las especies de animales y plantas son conocidas de dos modos, tal como se desarrolla en las siguientes secciones:

  • Un nombre común o vernáculo, el cual puede variar según el idioma, la cultura, la geografía...
  • Un nombre científico, reconocido universalmente y que permite evitar errores, formado por dos palabras que deben escribirse en cursiva (es la llamada nomenclatura binomial). La primera es el género y la combinación de las dos designa a la especie. Los nombres científicos tienen forma latina, pero en la práctica se componen no sólo de palabras latinas, sino de raíces y nombres griegos o vernáculos latinizados y declinados según las reglas del latín; por ejemplo, no existen especies cuyo epíteto sea «granadino» o «andaluza», pero sí hay muchos que llevan el epíteto granatensis y alguno que lleva andalusiaensis; lo mismo afecta a los nombres propios, por ejemplo L'Écluse, que aparece en los binomios como clusii, genitivo de Clusius.

Un género puede incluir o no varias especies. Por ejemplo, el ser humano actual es identificado como Homo sapiens y ésta es la única especie actual del género Homo. En cambio, en España se cultivan dos tipos comunes de palmeras del género Phoenix:

la palmera canaria (nombre común), Phoenix canariensis (nombre científico)
la palmera datilera (nombre común), Phoenix dactylifera (nombre científico)

Ocasionalmente se crean nombres vernáculos a partir de los científicos, con la ortografía adaptada al español y en minúscula. Así, Salmonella es el nombre científico de un género de bacterias, por lo que va en cursiva y con mayúscula inicial; de él se forma el nombre común salmonela, en redonda y adaptado al español.

Los nombres de los taxones de categoría taxonómica superior a la especie (por ejemplo, los de géneros o familias) se inician siempre con mayúscula.

En español, los nombres científicos de especie han llevado tradicionalmente artículo: «el Homo sapiens». En la actualidad y por influencia del inglés a veces se omite sistemáticamente.

2.1 Nombres comunes[editar]

Los nombres comunes de animales y plantas se escriben de redondo y en minúsculas, salvo los nombres propios que aparecen en aposición con de:

el lince ibérico, el conejillo de Indias, el rinoceronte africano
la salamandra común, la rana de san Antonio
el carbonero garrapinos, la alondra de Dupont
el diente de león, el narciso de los poetas
el pino rojo, el cedro de Virginia, el codeso de los Alpes

Las razas de animales, según la Ortografía (p. 474) y el MELE, se escriben en minúscula, incluso si no están adaptados al español gráficamente:

pastor alemán, dóberman, san bernardo, hereford
bulldog, collie, rottweiler
el gato persa, el setter irlandés
el cerdo yorkshire, la vaca frisona
Flamenco americano, Phoenicopterus ruber, según un grabado de Robert Havell (1793-1878), incluido en «Birds of America» (1827), obra del ornitólogo y pintor John James Audubon.

En el DRAE se pueden encontrar ejemplos como dóberman, pequinés, lebrel o galgo. Los nombres de razas son comunes, no propios, pues no son nombres dados a individuos concretos, sino que se aplican un conjunto de individuos con determinadas características:

Mi san bernardo [común] se llama Bubo [propio]

Las variedades de plantas también van completamente con minúsculas, según la OLE:

la manzana golden, la mandarina washington

No es raro que, en el uso, los nombres propios que designan variedades conserven la mayúscula.

2.2 Nombres científicos de especie[editar]

Linneo (1707-1778) inventó las reglas de la nomenclatura científica de los seres vivos, tanto de las especies como de los grupos en que se clasifican jerárquicamente. Botánicos, zoólogos y bacteriólogos han ido elaborando aquellas reglas conservando lo esencial de las mismas.

La orquídea Cattleya dowiana, variedad aurea.

El nombre científico de las especies está formado por dos palabras, y aludimos a él como binomio específico. La primera de las dos palabras es el nombre genérico, compartido frecuentemente con otras especies próximas y es un sustantivo singular que se inicia siempre, sin excepción, con mayúsculas:

Homo sapiens, Homo neanderthalensis

La segunda palabra es el epíteto específico, es decir, el que identifica la especie concreta dentro del género:

Asphodelus albus, la vara de san José
Silene alba, la colleja
Pelophilax perezi, la rana verde común

El epíteto específico se inicia ahora siempre con minúscula, aunque en escritos antiguos puede encontrarse con mayúscula si corresponde a un nombre propio; por ejemplo la rana verde antes aludida se llamó alguna vez Rana Perezi.

Hay que destacar que los nombres científicos son signaturas o etiquetas, cuya universalidad y estabilidad son la base principal de su utilidad. Si el que lo escribe observa lo que parece una incorrección, debe investigarla, lo que internet facilita mucho, y abstenerse de intentar enmendarlas. Ese tipo de cambios solo pueden decidirlo, y lo hacen cuando así conviene, los congresos internacionales que aprueban los respectivos códigos de nomenclatura.

2.3 Nombres científicos de grupos[editar]

Las especies y los géneros se agrupan en familias, órdenes, clases... También tienen un nombre científico, que consiste en una palabra en mayúscula. El código botánico establece que van en redonda, mientras que el de bacterias establece la cursiva; el zoológico no precisa el tipo de letra, pero lo habitual es que vayan en redonda. También es posible la existencia y creación de nombres vernáculos en estos niveles:

las plantas, el reino de las plantas, el reino Plantae

A menudo han sido dotados de una terminación que indica su rango o categoría en la jerarquía de la clasificación taxonómica; por ejemplo, en botánica los nombres de las familias terminan en general en -aceae:

Rosaceae, Geraniaceae

En zoología lo hacen en -idae:

Canidae, Bovidae

Salvo en los escritos técnicos, estos nombres se suelen sustituir por versiones castellanas, como rosáceas, geraniáceas, cánidos, bóvidos, que de acuerdo con la norma castellana se inician con minúscula; esta opción produce algunos casos problemáticamente ambiguos, como pasa con el término «carnívoros», que lo mismo designa a cualquier animal de los que también llamamos zoófagos, como por ejemplo las arañas, que a los miembros del orden (categoría superior a familia) cuyo nombre científico es Carnivora, algunos de los cuales, por ejemplo el panda mayor, son en la práctica comedores de plantas.

Cuando un género que se ha escrito ya con todas sus letras aparece de nuevo, en la misma página, formando parte de un binomio específico, se puede sustituir por su sola inicial, escrita con mayúscula. Por ejemplo:

El antepasado inmediato del Homo sapiens es seguramente el H. heidelbergensis.

No se debe hacer si entre el caso inicial y los siguientes aparece otro género distinto con la misma inicial.

2.4 Nombres científicos de subespecies, razas, variedades y cultivares[editar]

Carlos Linneo, el creador de la taxonomía mediante la nomenclatura binomial: la primera palabra con inicial mayúscula es el género, la segunda, en minúsculas, la especie. Así, los humanos somos Homo sapiens.
Un Iris kaempferi, variedad de iris japonés, en una fotografía coloreada a mano (Ogawa Kazumasa, 1896).

Dentro de una misma especie pueden reconocerse, clasificarse y denominarse poblaciones y cepas que difieren biológicamente unas de otras, sin llegar a merecer ser distinguidas como especies.

En animales las subespecies se forman con el simple añadido de un tercer nombre, que suele ser una vez más un adjetivo, pero en botánica antes de ese tercer nombre se añade subsp. (subespecie) en redonda:

Styrax californica
Diaemus youngii cypselinus (animal)
Quercus ilex subsp. ballota

Para referirse a una especie indeterminada de un género conocido, añaden sp. Su plural es spp. (En redonda en ambos casos.)

Viola sp.
Pelargonium spp.

La hibridación se indica con un aspa (no con una equis):

Magnolia denudata × M. liliiflora

En botánica y agronomía, la variedad de una especie se expresa en minúscula y cursiva tras el nombre científico, antecedida por var. en redonda cuando se trata de las variedades naturales, y por el nombre en mayúscula y redonda dentro de comillas simples cuando se trata de variedades cultivadas. Antiguamente era frecuente anteponer cv. (cultivar), pero las normas de nomenclatura vigentes desde 1996 no admiten el uso de esta abreviatura [1].

Allium ampeloprasum var. porrum
Malus domestica ‘Royal Gala’

A veces, a este nombre científico binomial se le añade el nombre del científico que describió la especie, o una abreviatura normalizada de ese nombre. De esta forma, el peral se denomina como Pyrus communis L., donde la letra «L» designa a la autoridad Carlos Linneo (Carl von Linné o Carolus Linnaeus) (1707-1778), el médico sueco que fue precisamente el que desarrolló esta nomenclatura binomial de las especies.

3 Notas y referencias[editar]

  1. ^  Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. s.f. Normas para las variedades de cultivo.

Este artículo fue seleccionado como destacado el 18 de abril de 2022.