Se llama vocativo a las palabras que sirven para invocar, llamar, nombrar a una persona o cosa personificada cuando nos dirigimos a ella. El caso más frecuente de vocativo es el del nombre de la persona a la que nos dirigimos, directa o indirectamente, pero puede ser también un nombre común, tales como la posición social o familiar (colega, mamá) y la profesión o el título. No es un vocativo la mención de un nombre de una persona sin dirigirnos a ella.
Índice
1 Posición y puntuación[editar]
El vocativo puede ir al principio de una oración, en medio o al final, y se separa del resto con comas (a menos que coincida con otro signo, como punto, punto y coma, etc.):
- ¡Hola, Julia!
- Ven, María, que ya empiezan las noticias en la tele. [Nos dirigimos a María]
- Dígame qué tengo, doctora. [Nos dirigimos a la doctora]
- Gracias, amor. [Nos dirigimos a una persona con la palabra amor]
- ¿Qué decías, Juan?
- Papá, quiero comida.
- Sí, señor.
- Bienvenido, Francisco.
- Me han despedido, Ismael: no podremos irnos de vacaciones.
- Sofía, ¿sabés cuando viene tu padre?
Pueden ser varias palabras que forman un grupo:
- Elemental, querido Watson
- Gracias, mi amor
- Por eso, estimado amigo, me gustaría que me acompañases.
La importancia de la coma en el vocativo se aprecia en el siguiente ejemplo:
- Inés, lee la lección. [Nos dirigimos a Inés y le pedimos que lea la lección]
- Inés lee la lección. [Afirmamos que Inés está leyendo la lección]
Cuando un vocativo precede a un pregunta, este va fuera. En cambio, cuando va pospuesto, va dentro (y también cuando va está en el interior):
- Juan, ¿vienes con nosotros?
- ¿Vienes con nosotros, Juan?
- ¿Qué, Juan, vienes con nosotros?
- ¿Qué, Juan?, ¿vienes con nosotros?
2 Vocativo frente a sujeto[editar]
En ocasiones pueden surgir dudas sobre si tú o usted (y sus plurales) sirve de sujeto o de vocativo. En el primer caso, simplemente explicitamos que nos dirigimos a esa persona:
- Ve tú si quieres, porque yo desde luego me quedo en casa
- Dígame usted su nombre y domicilio.
El vocativo sirve más para llamar la atención:
- ¡Tú!, baja de ahí ahora mismo.
- ¡Eh!, ¡ustedes!, que por ahí no se puede pasar.
3 Fórmulas con vocativo[editar]
Cuando el vocativo expresa desagrado o rechazo, se emplea a veces el adverbio so como refuerzo:
- Mira en la enciclopedia, so listillo, y verás que estás equivocado.
- ¡No hagas eso, so bestia, que lo vas a romper!
Por el contrario, ciertas fórmulas afectivas van con un posesivo, precedidas de mi o seguidas de mío:
- Repíteme, mi tesoro, lo mucho que me quieres.
- Siempre estaré a tu lado, cielo mío.
También se usa mi en el ámbito militar cuando un inferior se dirige a un superior:
- Así es, mi capitán.
Otro elemento que puede ser parte de un vocativo es la interjección oh, cuando se interpreta el conjunto como una locución:
- Así que, ¡oh Sancho!, entre las tantas calumnias de buenos, bien pueden pasar las mías. [NGLE Manual, 389]
No se pone coma tras la partícula pero a comienzo de oración y cuando el nombre es el término:[1]
- ¡Pero Marco!
Algunas palabras se usan preferentemente en plural en los vocativos, como niños, chicos:
- Venid ya, niños.
- Chicas, salid ya de la piscina.
También puede ser una personificación:
- Hay que ver, botas mías, lo que habéis pateado.
Cuando una persona se dirige a un auditorio, han sido frecuentes las fórmulas duplicadas:
- señoras y señores, damas y caballeros, niñas y niños
4 Véase también[editar]
5 Referencias[editar]
notas
Este artículo fue seleccionado como destacado el 7 de septiembre de 2020.