El adjetivo bueno cuando se antepone a un nombre adopta la forma apocopada de buen.
Antepuesto a nombres de personas, suele denotar cierta simplicidad en ella:
Es un buen hombre
En los demás casos, y también malo, tiene un sentido natural, antepuesto o pospuesto. Cuando va pospuesto, suele implicar ‘bondad, amabilidad’.
Un buen soldado, un soldado bueno
Un buen pan, un pan bueno
Buen caminar
Mal dormir