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1 capaz, apto, hábil, diestro[editar]
Se aplican los dos adjetivos capaz y hábil en general a las accionas de los hombres. Un hombre capaz de hacer cualquiera cosa es el que reúne en sí todas las facultades y circunstancias necesarias para poderla hacer.
Mas extensión que la palabra capaz tiene la de hábil, pues esta no solo designa las anteriores cualidades, sino ademas la facilidad que tiene para hacerlo, y de la que ha dado repetidas pruebas. Puede un literato haber leído cuanto se ha escrito sobre la guerra y aun haber formado excelentes planes de ella y no tener habilidad ni destreza para ejecutarla con ventaja, pues en efecto sus escritos y sus conocimientos no son más que una teoría, y la batalla es un hecho y la guerra una verdadera práctica.
Un juez puede saber todas las leyes, sin ser hábil en su aplicación; un sabio puede no ser hábil ni en escribir, ni en enseñar; pero en su estilo llano y aun desaliñado, manifestarnos y demostrarnos grandes verdades.
Hombre hábil es aquel que practica mucho lo que sabe. El hombre capaz puede hacer más; el hombre hábil es diestro en ejecutar con perfección.
La palabra capacidad se refiere más al conocimiento de los preceptos y la de habilidad a su aplicación: aquella se adquiere con el estudio, esta con la práctica. El que tiene capacidad es a propósito para emprender; el que tiene habilidad para lograr lo que se quiere. Para mandar es necesaria la capacidad, y para obrar a propósito, habilidad. La capacidad pertenece a la meditación, la habilidad a la ejecución; aquella es más propia de las ciencias, esta de las artes.
El adjetivo hábil no parece convenir a las artes de pura imaginación, pues no se dice comunmente un poeta hábil, un orador hábil, pues si a veces se dice de este es cuando ha tenido destreza para salir airoso de un asunto o cuestión delicada y enredosa.
Cuando se habla de un historiador que ha tomado sus noticias de las mejores fuentes; que ha comparado las diferentes memorias; que ha juzgado con buen criterio; que ha trabajado mucho por averiguar la verdad y lo ha logrado, se dice de él que es un historiador hábil. Pero si además de esto, reúne el raro mérito de tener un buen estilo y una elocuente narración, será además de hábil un excelente historiador.
Pero pertenece lo háhil a las artes y al mismo tiempo dependen de la imaginación y de la ejecución, que tienen mucho de inteligencia y no menos de práctica como la pintura, la escultura, etc. Decimos: un pintor, un escultor hábil, porque estas artes exigen aprendizaje, al mismo tiempo que los poetas como que nacen formados y aun los oradores mismos pueden serlo sin haber estudiado mucho con tal que hayan meditado, observado y tengan buenas disposiciones para la elocuencia.
Se considera a la aptitud como una idoneidad pasiva, al mismo tiempo que activa a la capacidad. Esta es pues una disposición para todo, ya sea bueno o malo, y así decimos que el hombre es capaz de grandes virtudes y de grandes crímenes; la aptitud se entiende por lo regular para lo bueno, así como destreza puede serlo para lo uno y lo otro.
No se dirá de una persona apta para robar, para asesinar, para cualquier maldad que exija inteligencia, picardía, astucia, maña; pero sí decimos es diestro en robar, dio una puñalada con la mayor destreza; fue diestro en ejecutar, en disimular, en ocultar el crimen y en alejar de sí toda sospecha.
2 Referencias[editar]
Pedro María de Olive, Diccionario de sinónimos de la lengua castellana, París, 1891.