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El relativo como se refiere a los antecedentes tanto, tan, como pudiera referirse cuanto; y también a tal, como lo haría cual. En uno y otro caso pueden callarse los antecedentes y quedar sólo como, equivaliendo a cuanto o a cual.
Índice
1 Con tanto y tan[editar]
Con el antecedente tanto o tan expreso puede denotar la igualdad o equivalencia de dos conceptos mirados desde el punto de vista de la cantidad, o la identidad de los mismos. Si lo lleva tácito, siempre denota igualdad, como puede verse en los siguientes ejemplos:
- Igualdad
- En los años pasados la mujer del conde de Batavia parió tantos hijos de un vientre como días hay en un año (Cervantes de Salazar, Obras, I, 70).
- Tanto temor el tábano inhumano
- Sembraba con las armas que vestía,
- Como puso en las gentes el Tebano
- Cuando la piel leona se cubría (Vellaviciosa, Mosquea, 1 1).
- Identidad
- Solían desaparecer algunos dellos sin saber que se hacían, y un valeroso mancebo mestizo... determinó de buscar el fin de tantas personas como faltaban (Espinel, Escudero, III, 19)
o sea, el fin de todas las personas que faltaban; es decir, de las mismas que faltaban.
- Antecedente tácito
- A quien venció en singular batalla el jamás como se debe alabado D. Quijote de la Mancha (Quijote, I, 1).
- Despertaron un deseo
- De saber si el huésped era,
- Como gallardo, entendido
- (Calderón, Casa con dos puertas, II, I).
Esta omisión se verifica especialmente en oraciones negativas y cuando se comparan dos adjetivos.
2 Modo del verbo[editar]
El verbo de la oración relativa se pone en indicativo; pero modernamente se suele poner también en subjuntivo por vía de ponderación o encarecimiento:
- El parentesco de las Matemáticas con la Metafísica y con la Teología es tan legítimo y tan estrecho como pueda serlo el de cualquiera otra ciencia (Coll y Vehí, Diálogos literarios, 6).
3 Con tal[editar]
Con el antecedente tal denota como la equivalencia de dos conceptos mirados bajo el aspecto de su cualidad:
- Para destruir alguna ciudad o provincia sin guerra, no hay tal como sembrarla de pecados y vicios (Rivadeneyra, Tratado del príncipe cristiano, Prólogo)
Puede callarse el antecedente y quedar como sólo, con la misma significación:
- Decía que había muerto a cuatro gigantes como cuatro torres (Cervantes, Quijote, I, 5)
es decir, tales como, etc.
- Vemos que el malo para siempre en mal, y que cual siembra tal siega, y que como son las obras de cada uno, son los frutos que coge (León, Exposición de Job, 4).
- Los malos tienen el corazón como una plaza o como una calle pública, que de día y de noche no se cierra (Granada, Tratado de la oración y consideración, II, 2).
4 Omisión de términos comunes[editar]
Es tal la índole de la relación que el adverbio como establece en estas oraciones comparativas, que supone siempre como sobrentendidos en la oración relativa los términos o elementos de la principal que en aquélla no vengan substituidos por otros de la misma índole o función gramatical; o dicho de otra manera: se omite en la oración relativa la expresión del sujeto, del predicado, del complemento directo, del indirecto o del circunstancial que sea común a las dos oraciones.
Así, si decimos:
- Juan dio ayer a tía Pepa tantas pesetas como duros le estafó Antonio a tío Pedro anteayer
enunciamos dos oraciones que constan de todos los términos distintos que pueden entrar en la oración simple, y no tienen ninguno común.
Si omitimos el sujeto de la segunda oración y decimos como duros le estafó a tío Pedro anteayer, el sujeto callado en esta oración ya no es el mismo de antes, sino el de la primera, o sea Juan dio y Juan estafó. Si en vez de omitir el sujeto omitimos el complemento directo duros, y decimos como le estafó Antonio, etc., el complemento directo callado en la segunda oración se ha de entender que es el mismo que el de la primera, o sea el substantivo pesetas. Y lo mismo sucedería si omitiésemos uno cualquiera de los demás términos, con lo que tendríamos dos oraciones de cinco términos cada una: cuatro de ellos diferentes y uno común.
Si, continuando el razonamiento del párrafo anterior, suprimimos dos términos cualesquiera de la oración relativa, por ejemplo, el sujeto y el predicado, damos a entender que dichos dos términos son los mismos que sus homólogos expresos en la oración principal; así: tantas pesetas como duros a tío Pedro anteayer. Aquí ya es Juan el que da pesetas a tía Pepa y duros a tío Pedro.
Si en vez de suprimir el sujeto y el predicado suprimimos el sujeto y el complemento directo y decimos como le estafó a tío Pedro, etc., el sujeto y el complemento directo de la segunda oración son los mismos expresos en la primera. Del mismo modo podemos suprimir otros dos términos, o sea: sujeto y complemento indirecto, sujeto y complemento circunstancial, predicado y complemento directo, predicado y complemento indirecto, predicado y complemento circunstancial; o bien: complemento directo e indirecto, complemento directo y circunstancial, o complemento indirecto y circunstancial; es decir, que pueden ofrecerse tantos casos como combinaciones pueden hacerse con los cinco elementos de la oración. En este caso tendremos dos oraciones de cinco términos, con dos comunes y tres diferentes.
Podemos también suprimir tres términos (sujeto, predicado y complemento directo; sujeto, predicado y complemento indirecto; sujeto, predicado y complemento circunstancial; — sujeto, complemento directo y complemento indirecto; sujeto, complemento indirecto y complemento circunstancial), y con ello tendremos dos oraciones de cinco términos cada una: tres comunes y dos distintos: como a tio Pedro anteayer; como le estafó anteayer, etc. Y si suprimimos cuatro elementos, diciendo, por ejemplo:
- Juan dio ayer a tía Pepa tantas pesetas como anteayer
tendremos dos oraciones de cinco términos: cuatro de ellos comunes y uno distinto.
Sólo el dativo es el término que hay que reproducir en la segunda oración por un pronombre, si el verbo es distinto:
- Juan dio ayer a tía Pepa tantas pesetas como le estafo anteayer.
No obstante lo dicho, puede repetirse a veces en la oración relativa el verbo de la principal:
- Tantas puertas tiene (Argel) como tiene casas (Cervantes, Persiles, III, 10).
- Tan nuevo me parece este suceso como me parece el de verla a ella con este traje (Ídem, ibid., III, 12).
Y convendrá repetirlo siempre que lo exija la claridad:
- No sale por la Libia león hambriento
- Con bramidos tan altos y feroces
- Como salió con denodado intento,
- Hiriendo al cielo con soberbias voces
- (Villaviciosa, Mosquea, 6).
Pero es más elegante suprimirlo siempre que se pueda:
- Quien retrata, tan fielmente debe pintar el defecto como la perfección (Meló, Guerra de Cataluña, i). En tanto me estimo yo, villana y labradora, como tú, señor y caballero (Quijote, I, 28).
- Nada deseaba tanto la nación como disfrutar de sosiego (Martínez de la Rosa, Espejo del siglo, VI, 2).
Si el verbo de la oración relativa es ser, se calla de ordinario:
- ¿Piensa vuestra merced caminar este camino en balde, y dejar pasar y perder un tan rico casamiento como éste, donde le dan en dote un reino} (Quijote, I; 31)
pero se expresa a veces en obsequio a la claridad:
- Sin duda no es cosa fácil quietar una cosa tan bulliciosa como es nuestra imaginación. (Granada, Tratado de la oración y consideración, II, I)
5 igual que, lo mismo que[editar]
Las locuciones igual... que, lo mismo que enlazan también comparativas de igualdad:
- Sostuvo con igual serenidad que discreción las amenazas y preguntas de aquel tigre (Quintana, Miguel de Cervantes).
- Y todo se aprende y se cita con igual aplauso, que veneración (Ídem, Sobre la poesía épica).
- El hábito del Carmen que llevaban convenía a la rica lo mismo que a la pobre (Hartzenbusch, Historia de dos bofetones).
6 Referencias[editar]
Real Academia Española, Gramática de la lengua castellana, nueva edición, reformada, Madrid, 1917.