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1 balbucir, tartamudear, farfullar

Son balbucientes los niños, porque aún no se han fortificado bien los órganos de la voz; y los ancianos, porque los tienen ya muy debilitados y con tan poca fuerza como los de la misma niñez.

Diríamos que balbucean los niños cuando solo pronuncian algunas sílabas a las que no se las puede dar sentido alguno.

Después suelen tartamudear, porque encuentran ciertas letras o sílabas que no pueden pronunciar o les cuesta mucho trabajo al hacerlo; si pronuncian bien todas las demás letras y sílabas, aunque tartamudeen, no balbucean.

La farfulleria suele provenir en parte de los órganos mismos, que no se prestan fácilmente a la clara pronunciación de algunas sílabas.

2 Referencias

Calandrelli, M., Diccionario filológico-comparado de la lengua castellana, Buenos Aires, 1880-1916, 12 vol.